9 Consejos para cuidar a nuestros abuelos en casa
A medida que las personas se hacen mayores, su salud mental y física se va deteriorando poco a poco. Esto hace que, con el tiempo, adquieran nuevas necesidades que deben ser cubiertas. Es muy beneficioso conseguir adaptar la vida de la persona mayor a estas necesidades en su propio hogar. Seguir desenvolviéndose en su propio entorno ayuda a mantener una buena motivación, a que tengan una sensación de independencia y comodidad. Esto aumenta su autoestima y su empeño a la hora de desempeñar actividades o tareas.
A continuación os dejamos 9 consejos que consideramos importantes a la hora de cuidar a nuestros abuelos o padres en casa. Si surge alguna duda o necesitan ayuda, no duden en contactarnos aquí.
1. Identificar las necesidades de la persona mayor
Como hemos dicho antes, a medida que pasan los años las personas van desarrollando nuevas necesidades. Para poder cuidar a una persona mayor, primero debemos saber como podemos ayudarles. Para ello, debemos identificar cuales son esas necesidades que deben ser cubiertas, es importante contactar con especialistas o doctores, que tienen la experiencia y el conocimiento para ayudarnos. Hacer una lista, donde se enumeren cuales son estas, resulta útil para poder ver que recursos podemos utilizar para ayudar a nuestros mayores. Sabiendo que necesidades tiene la persona mayor de la que estamos cuidando, podemos desarrollar un plan de acción y ver donde cada familiar puede poner su granito de arena.
2. Establecer una rutina
Establecer unos horarios específicos en su día a día puede ser muy beneficioso. Ya sea estableciendo la hora a la que van a desayunar, asearse, momentos de ocio o de ejercicio, etc. Con una rutina creamos una sensación de estabilidad. Se trata de encontrar un horario en el que la persona a la que cuidamos se sienta cómoda y establezca una zona de confort. Con esto conseguiremos que la persona mayor se mueva en terreno conocido, motivándose a la hora de ejecutar las tareas que se presentan en el día y hace que se esfuercen más.
3. Adaptar el hogar a la persona mayor

Con los años, es mas difícil moverse y desenvolverse físicamente en un entorno. Es importante adaptar el hogar a la persona mayor, para que pueda realizar sus tareas en la casa con comodidad y, sobre todo, con seguridad. El deterioro cognitivo y físico hace que las personas de la tercera edad se desestabilicen, y podrían llegar a caer y romperse algo. Por ello, añadir elementos como agarraderos, para que se puedan acompañar al caminar; sillas eléctricas, que suban las escaleras; incorporar un pequeño asiento en la ducha y antideslizantes, para evitar caídas en la ducha; sacar las alfombras, ya que se pueden tropezar con ellas, etc.
4. Llevar un registro de los medicamentos

Las personas de la tercera edad pueden llegar a consumir muchos medicamentos distintos, para tratar los síntomas de la vejez o de cualquier patología que puedan tener. Con tantas pastillas y medicamentos, es fácil olvidarse de alguna dosis. Incluso, algunas personas mayores, olvidan que se han tomado una dosis y vuelven a ingerir el mismo medicamento, doblando su dosis sin darse cuenta. Para evitar situaciones como esta, ayuda mantener un registro de las pastillas que se han tomado. Existen diversas maneras de asegurarse de que la toma de medicamentos se cumple y respeta. Por ejemplo, crear un calendario donde la persona se apunta que pastillas a tomado y cuando; o comprando un producto en forma de caja con separadores, que sirve específicamente para planificar las pastillas de cada día, como podeis ver en la foto de aquí al lado.
5. Comida equilibrada
Las personas mayores tienden a no tener mucha hambre o a comer alimentos de un solo tipo, como su «comfort food«. Algunas personas mayores llegan a veces a saltarse algunas comidas, a veces por desmotivación, lo cual les hace adelgazar muy rápido y brinda problemas de salud, en algunos casos. Es importante asegurarse de que nuestros seres queridos comen, y que mantienen una dieta beneficiosa para su salud. Para ello debemos crear una dieta equilibrada, variada y rica en nutrientes. Hacer un plan de comidas, donde se especifique el tipo de alimentos que comer cada día, puede ayudar a mantener una dieta saludable. De esta manera damos una sensación rutinaria a los hábitos alimenticios que, como hemos comentado en el punto dos, puede ser muy beneficioso, proporcionando seguridad, motivación y estabilidad a la persona mayor.
6. Cuidar del aseo
La higiene es una parte importante del cuidado de las personas mayores, ya que ayuda a prevenir enfermedades, como contraer infecciones de hongos en los pliegues de la piel. Por otro lado, ayuda a fomentar hábitos higiénico saludables, y también a aumentar la autoestima. Muchas personas mayores a veces pasan por algo llamado «auto abandono», que es cuando a una persona le deja de importar lo que le pasa, es decir, deja de importarle su propio bienestar. Debemos evitar eso e instaurar buenos hábitos de vida.
7. Mantener la actividad física y cognitiva
Con los años, los músculos de las personas mayores se entumecen, y el cerebro empieza a flaquear. Para evitar la inmovilidad y los trastornos de memoria, debemos tratar de mantener al anciano activo. Con juegos que desafíen la memoria y el pensamiento, como juegos de cartas o juegos de mesa, fomentaremos la actividad cognitiva. Respecto a el ejercicio físico, con ejercicios como paseos, taichí, bailar o ejercicios específicos.
8. Mantenerse conectado social y familiarmente

Cuando cuidamos de una persona mayor, una de las cosas más importantes es mantener su ánimo alto. Para ello, mantener socialmente conectada esta persona puede motivarla a adoptar nuevos estilos de vida, a probar cosas nuevas y a tener nuevas metas. También ayudará a que dicha persona tenga una mejor calidad de vida y, si por cualquier situación no se puede hacer una visita presencial, siempre contamos con la tecnología para mantenerla conectada a su entorno.
9. Tomarse tiempo para uno mismo
Para poder cuidar de los demás, primero hay que cuidar de uno mismo. Estar a cargo de personas mayores, aunque muy gratificante, puede ser muy agotador. En ocasiones, cuidar de una persona de la tercera edad puede requerir mucha energía y puede ser muy estresante. Para poder dar un cuidado de calidad, debemos asegurarnos de que tenemos descansos y momentos para uno mismo. Recargar nuestra energía y llenarnos de paciencia y cariño es importante.