HIPERTENSIÓN
¿QUÉ ES?
La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una afección médica en la cual la fuerza de la sangre que fluye a través de las arterias es demasiado alta. La presión arterial se mide en dos valores: la presión sistólica, que es la presión en las arterias cuando el corazón se contrae para bombear la sangre, y la presión diastólica, que es la presión en las arterias cuando el corazón está en reposo entre latidos.
Se considera que una persona tiene hipertensión si su presión arterial sistólica es igual o superior a 140 mmHg y/o su presión arterial diastólica es igual o superior a 90 mmHg. Esta puede ser causada por diversos factores, como la edad, la obesidad, la falta de actividad física, el consumo excesivo de alcohol y la predisposición genética.
La hipertensión puede ser peligrosa ya que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones graves. Por lo tanto, es importante que las personas con hipertensión controlen su presión arterial con regularidad y sigan las recomendaciones de su médico para mantenerla bajo control. Esto puede incluir cambios en la dieta y el estilo de vida, así como medicamentos para reducir la presión arterial.

FACTORES DE RIESGO
Existen varios factores de riesgo para la hipertensión, que son condiciones o hábitos que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Algunos de los factores de riesgo más comunes incluyen:

- Edad: Es más común en personas mayores de 65 años.
- Obesidad: Las personas con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión.
- Inactividad física: La falta de actividad física regular puede aumentar el riesgo de hipertensión.
- Consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial y aumentar el riesgo de hipertensión.
- Tabaco: Fumar puede aumentar la presión arterial y dañar las arterias, lo que aumenta el riesgo de hipertensión.
- Historial familiar: Si un miembro de la familia cercana tiene hipertensión, existe un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Estrés: El estrés crónico puede contribuir a la hipertensión.
- Enfermedades crónicas: Es más común en personas con enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades renales y apnea del sueño.ES
Es importante tener en cuenta que muchos de estos factores de riesgo son modificables y se pueden abordar a través de cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable, actividad física regular, dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol. El seguimiento regular con un médico también es importante para controlar la presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones.
SÍNTOMAS
En muchos casos, la hipertensión no presenta síntomas evidentes y es posible que una persona no se dé cuenta de que la padece hasta que se realiza una medición de la presión arterial. Es por eso que la hipertensión a menudo se llama «el asesino silencioso». Sin embargo, en casos más graves o en personas con presión arterial muy alta, pueden aparecer los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza persistente.
- Mareo y sensación de desequilibrio.
- Zumbido en los oídos.
- Visión borrosa.
- Dificultad para respirar.
- Sangrado nasal.
En casos muy graves, la hipertensión puede causar síntomas como dolor en el pecho, dificultad para hablar o comprender, debilidad o parálisis en un lado del cuerpo, convulsiones y pérdida del conocimiento. Estos síntomas requieren atención médica inmediata y pueden ser señal de una emergencia médica, como un accidente cerebrovascular.
Es importante destacar que la presencia de estos síntomas no siempre significa que una persona tenga hipertensión, ya que también pueden ser causados por otras afecciones médicas. Si se experimentan estos síntomas, es importante buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado.
COMPLICACIONES DE LA HIPERTENSIÓN NO CONTROLADA
La hipertensión no controlada puede causar una serie de complicaciones graves en el cuerpo. A continuación, se detallan algunas de las complicaciones más comunes asociadas con la hipertensión no controlada:
- Enfermedades del corazón: La hipertensión no controlada puede causar enfermedades cardíacas, como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad coronaria y el agrandamiento del corazón.
- Accidente cerebrovascular: La hipertensión no controlada aumenta el riesgo de un accidente cerebrovascular, que puede provocar discapacidad, problemas de lenguaje y hasta la muerte.
- Problemas renales: La hipertensión no controlada puede dañar los vasos sanguíneos en los riñones, lo que puede provocar insuficiencia renal y, en casos graves, la necesidad de diálisis o trasplante renal.
- Pérdida de la visión: La hipertensión no controlada puede dañar los vasos sanguíneos en los ojos y provocar pérdida de la visión.
- Demencia: La hipertensión no controlada puede aumentar el riesgo de demencia, como la enfermedad de Alzheimer.
- Problemas sexuales: La hipertensión no controlada puede afectar la función sexual en hombres y mujeres.
- Problemas óseos: La hipertensión no controlada puede aumentar la pérdida de calcio en los huesos, lo que puede provocar osteoporosis.
Es importante tener en cuenta que estas complicaciones pueden ser prevenidas o controladas con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para la hipertensión. Por lo tanto, es fundamental realizar chequeos médicos regulares y seguir las recomendaciones del médico para controlar la presión arterial.
COMO REDUCIR LA HIPERTENSIÓN
La hipertensión puede ser reducida y controlada de varias maneras. A continuación, se detallan algunas de las formas más efectivas de reducirla:
- Cambios en el estilo de vida: Una dieta saludable y equilibrada que incluya frutas, verduras, proteínas magras y carbohidratos complejos puede ayudar a reducir la hipertensión. También se recomienda reducir la ingesta de sodio, limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaco.
- Actividad física regular: El ejercicio regular puede reducir la hipertensión, ya que ayuda a fortalecer el corazón y los vasos sanguíneos. Se recomienda al menos 30 minutos de actividad física moderada al día.
- Control del estrés: El estrés puede aumentar la presión arterial. Por lo tanto, es importante aprender técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, para reducir el estrés.
- Medicamentos: Hay una variedad de medicamentos disponibles para tratarla. Estos incluyen diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA), entre otros. Es importante tomar estos medicamentos según las recomendaciones del médico.
- Control regular de la presión arterial: Es fundamental controlar regularmente la presión arterial para asegurarse de que está dentro de los niveles normales y ajustar el tratamiento si es necesario.

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